Esta misma mañana, casi rozando el alba
recibí de un mensajero una carta.
Según rezaba en el remite, urgente...
La desabotoné despegando no sin esfuerzo
el rojo lacre, que parecía augurar sangre, a
mi entender...
La desdoblé con toda la parsimonia que cabía
en semejante tesitura, procedí con desgana a
leer el encabezamiento:
El ilustre Sr. Sebastián Palomo Linares como
Juez de Paz del municipio de Monte del Mono
le participa el fallo a la demanda presentada
por su corazón ante el acoso incesante al que
le lleva sometiendo su Psique en estos años.
Tras el punto y seguido se cirnió un extenso
silencio, tuve que retirar la vista del papel para
evitar que el fuego que desprendían mis pupilas
quemase la tintada celulosa...
Acto seguido, y tras armarme de valor, incliné la
cabeza hacia el texto, proseguí su lectura:
Atendiendo al rosario de pruebas que las dos
partes han puesto a disposición de las autoridades
y determinando su pertinencia al objeto del litigio,
se decreta su expatriación permanente.
En breve se le comunicará el emplazamiento donde
se hará efectivo su exilio interior.
Terminar y derramarse una lágrima fue todo uno.
Lágrima de dicha...
Alcé de nuevo la vista hacia la ventana, estaba
abierta a un fragante limonero, que ya apuntaba.
Una anchurosa sonrisa pobló mi rostro.
Gracias vida.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de diciembre de 2018 a las 17:15
- Comentario del autor sobre el poema: No conozco mejor condena...
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 22
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.