¿Si el silencio no existiera,
como oiría el pensamiento.
El roce de los recuerdos,
Y el sonido de los sueños?.
Cuando la flor se marchita,
se marchita la verdad.
Envuelta en el celofán,
de sus elegantes hojas.
Mimada por los pistilos,
que la acunan al socaire,
de un viento de realidad.
Es el aire el que la mece,
cuando en brisa se transforma.
En silencio se quedaron.
Sin palabras en los labios.
Sin sonido en las entrañas,
de sus musicales órganos.
Con el aire comprimido,
en sus ardientes gargantas.
Y la lengua retraída,
como un resorte sin grasa.
Los apagados latidos,
que la justicia reclaman.
Callados los pensamientos,
por la turba que amenaza.
Escondida en los ropajes,
de rica seda brocada.
Las ideas enjauladas,
presas sin pan y sin agua.
Sentimientos amputados,
y segadas las palabras.
Para enmudecer las almas,
que la libertad reclaman.
En la sima arrinconadas,
la voces que no se callan.
Defenestrado lo noble,
para que reine la rabia.
¿Si el silencio no existiera,
como oiría las palabras,
nunca jamás pronunciadas?.
¿Como escucharía los gritos,
de la gente amenazada?.
¿Como escucharía el odio,
que la razón amenaza?.
Silencio para creer,
Y voces para romper,
las barreras que separan.
Que no se marchite el tiempo,
como marchita la flor,
cuando le falta la savia.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
23/12/2018
Comentarios2
Muy bueno.
Felicitaciones.
Gracias, Luis
Un cordial saludo.
Gracias a todo(a)s.
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