Alguien me ató la noche como una piedra,
Alguien me hundió en la luz de la mañana.
La espuma del alba se llevó mi nombre.
A la hora en que los adioses levantan vuelo desde sus árboles dormidos.
A la hora de la orilla que no existe.
Cada piedra tiene su gravedad,
su peso,
su culpa;
cada puñado de arena; cada mano que cavó el olvido
y que empujó.
El olvido.
El olvido no deja túmulo.
Ni un ahí donde recordarse;
ni un ayer donde rezar
por uno mismo.
¡Sin años, sin nombre!
Enterraron mi cuerpo y me dejaron encerrado
afuera.
- Autor: Javier Perna (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de diciembre de 2018 a las 04:18
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 64
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