En los ojos de la Luna,
la sabiduría se oculta.
Para dársela a los sueños,
cuando la mente despierta.
Prematura duermevela,
que va soñando el deseo.
Como el trance de una médium,
entre la aurora y la tierra,
Se quedó dormido el sol,
cuando la niebla tapó,
su aura resplandeciente.
Y soñando comprendió,
el valor de su esplendor,
la virtud de ser radiante.
Fuente de vida y calor.
En la solaz alegría,
que funde el amor y el verbo.
Revolotean los sentidos,
ahítos de fantasía.
Los sentimientos se agrandan,
se amplifican y se estiran.
Cual las profundas raíces,
que en la tierra crecen vivas.
Destellos de la razón,
que duda de su cordura.
Cuando al nacer la criatura,
se desborda el corazón.
Entre luces y tinieblas,
se debate la materia,
entre la verdad y el valor.
Dando vida a quien la crea.
Se fue apagando la Luna,
para dar la mano al Sol.
Y mientras la Luna duerme,
se desvelan los secretos,
alumbrados por el Sol.
Se fue disolviendo el sueño,
como luz cuando anochece.
El ego se despereza,
en los jirones que quedan.
Y los ojos se levantan,
del lecho donde se acuestan.
Se va afinando la voz,
cuando la vida despierta.
En la colina del sueño,
donde se divisa el mundo.
La verdad se va fundiendo,
con la vida que se crea.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
22/12/2018
Comentarios1
Gracias a todo(a)s.
Cordiales saludos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.