Madrugó la madrugada una mañana,
y desde mi balcón una hoja voló por el aire,
caía la lluvia y bebía una sopa cubana,
decidí salir afuera y cerré mi puerta con ataire.
Avancé hacia adelante por los pasillos,
agua mojada fría rodeaba el lago del cisne,
niños alegres saltaban como grillos,
y yo los veía sentado en la silla como en el cine.
Inspirándome para el último verso,
el día aún no ha terminado todavía,
y la lluvia hizo crecer más el cerezo,
sonrisas por doquier y lápiz para escribir
el cuento mientras llega la negra noche,
y dulces sueños tener al dormir.
- Autor: Harley Ezel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de enero de 2019 a las 14:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago Esquivel
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