Oh extraña que rondas mi mente,
Como mariposa que del sol cobija,
Con sus alas y colores latentes,
Para ayudar a que mi senda corrija.
Me haces pensar si estaré en el futuro
Esmerando por darte sonrisas,
Para abrazar lo que de seguro,
Dios da, tus deseables caricias.
Si tu mano tomara la mía,
Como compañera que resuena en cornisa,
Te daría verso, amor y melodía,
Para que no seas flor escurridiza.
Daría mi vida para mostrar caminos,
Y Que Dios me ha guiado toda la vida,
Mostraría esperanza y trabajo continuo,
Mi abrazo y protección para mi prometida.
No sé por qué Dios me ha llevado a tus sendas,
Seguro debes ser muy valiosa para Él,
De cierto será, para que te defienda,
Y sea tu amado, y tu esposo fiel.
Quizá es porque de ti debo aprender mucho,
Quizá es porque simplemente Dios lo quiere así,
Será porque Él sabe todo lo que lucho,
Y porque Él te ama, tanto como a mí.
No sé si querrás en algún momento,
Conocer de mi vida y mi corazón,
Pero lo que sí sé, es que no lamento
El haberte visto, aunque sea ilusión.
Josué Ortega
- Autor: Josué Ortega (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de enero de 2019 a las 10:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: Elkarg, neosan, Daniela Mora
Comentarios1
Bonito y romántico... Saludos poéticos.
Muchas Gracias Sinmi, saludos también para ti.
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