Bien venida al infierno

Ven, te ofrezco un mundo sin nudos
noches húmedas y albergues sin muros pintados,
– erradicados de mi mente nefasta
si no estás a la altura de habitar mis infiernos
junta tus manos
y ruega por tus beneméritos santos,
¡Retorna a las catedrales organizadas de tus sueños!
Discurres como una virgen en mi presencia
pero flaqueas bajo la piel,
y en las venas te mueves astuta.

- Te siento
- te meneas
- te debates,

eres una serpiente que se apresta a la muda
y se arrastra traicionera
en las cicatrices del tiempo, mientras tanto,
piensas en la manera de poseerme
de volverme tu esclavo
y se derrumba la imagen desabrida de tu gracia
que me divierte
en la cuerda entre restos de arcos en ruina
en que se derrumba tu imperio;
se han extinguido las perlas de mi rosario
que eran fingidas como mis plegarias
eran retazos de vidrio como los días por venir.
- ¡Bien venida al infierno!
Erradicada de mi mente blasfema,
o bien,
circulando por las retro vías de la mente.
Me buscas dentro de las horas glotonas de palabras
metida dentro de mis horas insomnes
con palmas que me envuelven la boca
te digo:

- ¡Te quiero!,

tendido en la hierba mojada de la noche
como un sórdido hechicero desvergonzado de pecado,
- ¿dices que es obsceno?,
arrástrame por la vena hacia el corazón
- ¿quieres mi piel?
Te siento, gotear gotas de sudor y de lujuria
quieres sustraerte de la oscura inquisición
y no me eres inmune, te mueves a paso lento,

- me amas,
- me odias,

- ven a mi tengo un reino que ofrecerte
el tuyo fue vencido en esta batalla
de un único golpe, libérate de tu piel,

- ¡Desnudate!,

o bien:
- te erradicas de mis noches
¡Así! se hace eco la mano oprimiendo el pecho

– ¡Bien venida al infierno!


Claudio Batisti