Un atardecer naranja, en el mar
ademanes voluptuosos, de nubes
que abrazan el otro lado del horizonte
en despedida de un sol agónico.
El mar calmo
con vela negra de contraluz
pescadores que cantan el regreso
y una brisa que levanta desde tierra
los aromas de mujeres dispuestas.
Yo en mi barca
mar adentro buscando horizonte
la noche oscura
sin luna colmada de estrellas
temblorosas y lejanas
como una enorme mano
cubriendo el mar.
La calma
mi barca y yo
sin escalas de tamaño
soy inmenso
en la magnitud del infinito
mientras las estrellas
………………….
las estrellas me tocan
y se apagan, una a una
en mi absoluta soledad.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de enero de 2019 a las 14:55
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Dante Cruz Velez, Texi, anbel
Comentarios3
Hermosa descripcion panorámica.Saludos poéticos.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Esteban
Creo que es necesario el sentirse así, uno solo consigo mismo. Son momentos que a mi particularmente me encantan,busco y necesito...un abrazo mi admirado y sabio Esteban. Buen fin de semana.
Lo más difícil de hallar, es nuestra propia esencia. el método varía y el resultado, no siempre satisface.
De todas maneras, en el intento se vive y eso ya justifica...
Un abrazo agradecido.
Esteban
¿Habrán esos viejos lobos de mar?
Un abrazo poeta
Mi barca..., es imaginaria y el mar, un lugar ideal.
En algún punto, somos marinos de alma..., hasta en los continuos naufragios.
Alzamos velas blancas, como el fondo de estas letras, al viento suave de pequeñas historias.
Un abrazo, de un océano al otro.
Esteban
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