RAÍLES SOBRE LA NIEBLA
Se quedaron los recuerdos,
prendidos en un alambre.
Con pinzas de sentimiento,
para que no se desarmen.
Balanceándose esperando,
y que pronto se rescaten.
Pero la memoria es frágil,
cual delicado cristal,
a veces causa placer,
otra veces le da igual,
fustigar con su desdén.
Y otras derrama su hiel,
con lo peor del ayer.
Se van quedando sin aire,
los pulmones del saber.
Bocanadas de agonía,
parece su respirar.
En su increíble soledad,
crece la mediocridad,
cual epidemia mortal.
Retrocediendo lo auténtico,
y creciendo lo banal.
La promesa es de hojalata.
Y lo escrito en el papel,
se deshace como el humo,
y pasa de ser de plata,
a ser de un falso oropel.
Muere la palabra dada,
mientras nace la traición.
Y su sola evocación,
desata las risotadas,
del necio que lo escuchó.
Raíles sobre la niebla,
para que el Sol se deslice,
deshaciendo las tinieblas.
Manos fuertes que sostengan,
el libro de los saberes.
De la experiencia se aprenda.
Y no se pasee lo fútil,
por las pensantes cabezas.
Para que no se detenga,
el tren de la sabiduría.
Y vuelvan las alegrías,
con verdaderas promesas.
Que no se borre el pasado,
pero que no nos detenga.
Que del pasado se aprenda.
Sobre las hojas en blanco,
de cada fracción que queda,
se plasmen ricas vivencias,
en la vida que se crea.
Que se enciendan nuevas luces,
con más fulgor que las viejas.
Y su resplandor alcance,
a toda vida que crezca.
Se quedaron los recuerdos,
prendidos en un alambre.
Para escoger los auténticos,
y que nadie pase hambre.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
20/01/2019
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