Epílogo.
Las miradas desgarran carne fantasmal,
Los antiguos hologramas arañan la morfología de un sol caído.
Las reliquias de amor lloran lágrimas ensangrentadas
Ocasionando que la omnipresencia exhale pedazos de ETERNIDADES.
Escapa de nosotros el olor de tumba,
Para repletarlo con un poco de infinito.
Los latidos palpitan con actitudes de vacío
Rememorando aquel envejecido universo cubierto de metafísica.
Y entonces el silencio enloqueció,
Los aullidos resonaron en mis paredes cuánticas
Tú comenzaste a comenzar de nuevo,
Y Yo resumía desorientaciones por la extensión de las calles.
El pánico multiplica párpados caídos,
la paranoia se adjudica la muerte de todo lo trascendente.
Yace muerto el cariño en el cadáver de tu ausencia
Llevando consigo la resonancia ahogada de mis últimos suspiros.
Y vuelvo a ser yo, solo yo,
Solo yo y mis partículas
Solo yo y mis omóplatos
Solo yo…. y yo mismo.
- Autor: Santiago Esquivel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de enero de 2019 a las 14:42
- Comentario del autor sobre el poema: Lo que quedó.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: María C.
Comentarios4
Me gustó mucho tu poema, realmente la imagen que se revela (en mi) en cada frase muestra soledad, divagación, abandono y como un sentimiento de delirio espectral. Muy bueno, sigue adelante 🙂
Me alegra muchísimo que te haya gustado amigo. Muchas gracias por leer las letras que exhalan de mi alma. Un gusto tenerte por acá!
Me ha encantado, te felicito de verdad es hermoso.
Qué gusto tenerte por acá amigo mío, gracias por tus felicitaciones. Un abrazo.
Excelente composición.
Saludos
Me alegro que sea de tu agrado.
Saludos de vuelta, compañero.
Muy estupendo Santiago, intenso, profundo.
Un saludo
Gracias Mari, un gusto tenerte por aquí. Un abrazo.
Gracias a ti.
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