Ya que has decidido odiarte,
ya que te has quitado las manos,
ahora que la sangre no tiene voz,
flores oscuras en tu pecho inerte.
Y ahora que has elegido morir,
la oscuridad me invada los ojos.
Crezca en mi un mìsero árbol de odio,
broten en mi alma raìces de discordia,
que su tronco me deje ciego e intrépido,
y su fruto sea amargo y despreciable.
Que la luz persiga tu nombre,
y las aves te protejan de mi verso muerto,
que no escuches el conjuro de mi nombre,
ni sientas mi presencia, en mi maldiciòn extensa.
- Autor: BABSTRACT (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de enero de 2019 a las 14:57
- Categoría: Carta
- Lecturas: 69
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