Ninguna
Las Antillas son mi campo preferido
porque allí me regresan a la vida
y saben aprovechar mis cualidades.
Soy experto en venganzas y otros actos
merecedores de tomarse en cuenta.
Para tener esos favores me convocan
cuando ya seleccionaron al difunto,
que nombro entonces mi representante
con el fin de seguir las instrucciones.
Prefiero instigadores conocidos,
pues cuando me reclaman forasteros
distorsiono mi objetivo libremente
y embromo cuanto pueda lo encargado.
Realizo tareas deshonrosas y humillantes
cuando amo de verdad al que me invoca;
si ocurre lo contrario le lanzo escupitajos
insuflándole mis vahos demoníacos
hasta que convulsione y empiece a vomitar.
Pido ron y cigarros después de mis labores,
que degusto lenta y complacidamente,
mientras voy de regreso hacia mi tumba
y los vivientes retornan a sus casas.
Los que abrigan temores contra mí
procuran siempre mantenerme lejos
con semillas de tabaco en sus alcobas
como aconsejan los brujos del poblado,
pero sigo invulnerable y muy sereno
ofreciendo mis instintos vengativos
en la espléndida región de las Antillas.
- Autor: 000 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2019 a las 12:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
Comentarios1
Un poema muy sui generis que me ha encantado
Gracias Edith. Recibe un cordial saludo.
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