Entristecida encontré tu mirada al anochecer
Rendida en penas, cambiaste sonrisa por llanto,
En mis brazos te apagaste mi estrellita, mi pedacito de sol.
En la oscuridad un grillo trasnochador me hace compañía,
Ladran en coro los perros a lo lejos, un viento frio penetra
Por la rendija de la ventana calando profundo mis huesos,
Oscura y frágil tu figura cubrí entre mantas,
Acerque mi cuerpo, te brinde mi calor, y te dormiste.
Roge a Dios que al despertar los extremos de tus labios
Plieguen una amplia sonrisa iluminando tu rostro y
Que tu mirada se convierta en un cielo azul profundo.
Amanecí sin dormir, fui un celoso custodio de tus sueños,
Despiertas, y aun tus ojos siguen heridos,
Sollozados y húmedos se encuentran
Restándole esa chista en tu rostro que me hace feliz,
A través de tus parpados me atrevo a verte,
Tu alma dolorida quiero consolar, mi amada.
Escribo para ti, mis torpes y distraídas letras.
Y por una noche
Quedaran pendientes en mi boca
Ese manojo de besos encendidos que reservo
Para cuando pase tu dolor.
- Autor: Gustavo Gerez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de enero de 2019 a las 08:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas
Comentarios1
Me conmovio tu prosa, Carlos.-
Un placer leerte.-
Un afectuoso saludo.-
MUCHAS GRACIAS POR EL COMENTARIO, UN SALUDO ENORME.
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