Anécdota de la tenacidad de un pendejo en Venezuela

Anécdota de la tenacidad de un pendejo en Venezuela.

La presente reflexión obedece a una humilde respuesta en ocasión de una muy folclórica imagen de una chica en una de las ya habituales protestas en mi país, alzando una pancarta que reza:
“¡Dejemos de ser pendejos!”

Reflexionaba para ese entonces… Depende de lo que consideres ser "pendejo", es decir, haciendo un poco de historia, y no vayamos tan lejos, apenas unas 3 décadas atrás, ... quiero seguir siendo ese "pendejo", sí pendejo me refiero, al que definiría nuestro insigne y recordado escritor y humanista Arturo Úslar Pietri, ese mismo "pendejo" el que motivó la idea de crear "La Orden de los Pendejos" y hasta una marcha se hizo en su honor. (https://www.youtube.com/watch?v=uoga3GWpl8I)

Por ser un humilde pero muy honesto "pendejo uslariano", recuerdo que fui tildado por un personaje que ocupó la dirección del organismo regional electoral como "frustrado social", al no aceptar el robo que cometía uno de los funcionarios bajo mi gerencia en un cuerpo electoral municipal donde era yo el presidente, y con las pruebas me fui a la capital a introducir mi renuncia irrevocable...

Me la aceptaron sin mayor problema, el funcionario denunciado continuó en sus andanzas y el director de marras, llegó más adelante como coincidencia, por golpes de azar que da en ese país la socio-política, para no decir "sucia política", a ser electo de forma muy habilidosa, el alcalde del municipio aludido, destacándose como uno de esos tantos enchufados que engrosan este ominoso régimen de connivencias y complicidades.

Hoy en día no me arrepiento de llevar muy en alto el adjetivo de "pendejo" y de seguir soñando como idealista que Venezuela sea dirigida por un concierto de "pendejos" que pongan muy en alto la virtud y el honor de ser una Nación próspera y sin el vicio de la flojera y la corrupción.

Y me digo como colofón en esta singular anécdota: ¡Amén y amen!, con y sin acentuación también; sin acento, si se cumple, será un hermoso parabién.

 

Hermes Varillas Labrador