Y el cielo fue poniendo la última canción,
cuando sentí de pronto que ya no había vida,
trajo un nombre y un beso
y una rosa azul.
Así, se fue muriendo la noche lentamente,
y la canción era nueva,
era hecha del día, de aurora,
contenía escenas de mi vida,
tenía dos orígenes y un mismo destino,
estaba hecha de mi alma;
Fue sonando desnuda,
desplegó su tonada con acordes sencillos,
fue cantando y contando entre el silencio
que tú eras mi amor,
que lo serías por siempre,
y que siempre tendría tu ternura de infancia,
que estarías en mi alma
como siempre lo has hecho...
además fue diciendo
que en tu alma había un sueño,
que ese sueño era yo,
que te pertenecía
con mis rudas palabras
y mi ansiedad de ola antiguamente azul.
Que todo yo era tuyo,
y que mi nombre se grabó en un sitio vacío
que estaba en tu corazón.
Yo seguía oyendo la canción,
iba tras ella como entre rocas,
y llegué con ella hasta el punto
infinito de la tarde
para saber su nombre...
y comprendí,
que esa canción eras tú.
- Autor: Soncafe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2019 a las 12:17
- Categoría: Amor
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: Yolanda Barry, anbel
Comentarios3
precioso,un placerleerte
De muy alta estima su apreciación
querida amiga.
Gracias por sus palabras.
Saludos
De muy alta estima su apreciación
querida amiga.
Gracias por sus palabras.
Saludos
👏👏👏👏Precioso. Un abrazo.
Gracias mi querida Anbel por tu amable valoración.
Saludos y abrazos
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