Los copos caen
en su albina pálidez...
mientras la mañana
se deshace vagamente,
en la esquina
deslucida del silencio.
¡Oh lánguida espada
desgarrada...
que aventáis mi cuita,
en la cala desnutrida
del recuerdo !.
Los copos caen
en su albina pálidez...
mientras la mañana
se deshace vagamente,
en la esquina
deslucida del silencio.
¡Oh lánguida espada
desgarrada...
que aventáis mi cuita,
en la cala desnutrida
del recuerdo !.
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