Vientos huracanados en los senderos de mi mente
Soy la persona que decidió estar en todo momento contigo
Nuestros corazones estaban conectados con el lazo que aquel colibrí hizo con tanto amor
El lazo se rompió por el carácter de la culebra, por tus miedos a cambiar
Los dos fallamos pero el amor no
El amor seguía allí, a pesar de todo, a pesar de las espinas del rosal, aun quería la rosa en mi mano
Ahora todo es desierto amarillo
Desierto, desierto, desierto
De cierto te digo que jamás volverás a entrar a este palacio mal parado en las praderas del olvido
Cuando regreses te darás cuenta que ya no olera a dolor, a pasado, a mal de amores
Después que nos dijimos los secretos de nuestros mundos
Después que juramos amarnos como la profundidad de Atitlán y tener la fuerza del Xocomil
ay lago, por favor, cuando vaya a verte no me recuerdes ni sus palabras, ni su imagen, más bien, deja que los últimos recuerdos de este holocausto de amor se hundan en lo mas profundo del olvido.
- Autor: Audi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de febrero de 2019 a las 18:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.