Le conocí fervoroso, sereno inmune;
Impávido a cualquier pecado imaginable.
Su constancia, su fervor, lo hacían brillar.
Su testimonio era inquebrantable.
Con cualidades envidiables;
Que cualquiera quisiera tener.
Desbordaba con sus cánticos
Fervientes de alegría y exultación.
Ayudaba al huérfano y al desvalido,
Con su compasión.
Testificaba la grandeza de Dios; dia a dia.
Sintió abrazar el cielo, para siempre cada dia.
Ser salvo y ser el dueño de su mansión celestial.
Sin cesar aplaudía y alababa con júbilo
Pero; resbaló, y cayó... hundiéndose en su pecado.
Sus diáfanas vestiduras fueron manchadas.
Dios en su amor de Padre;
Agostó su fementida felicidad.
Lo corrigió cabalmente, permitiéndole vivir...
El horror de su ausencia.
Su errado corazón arrepentido,
Fue lavado con tibias lágrimas,
Se ha escuchado; que se disipó su pecado,
Jamás volvió a practicarlo.
Y sigue firme valiente alabando a Dios.
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de febrero de 2019 a las 08:38
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
EL CRISTIANO SIEMPRE ESTA EN PELIGRO DE CAER, PORQUE SATANÁS ANDA COMO LEÓN RUGIENTE BUSCANDO A QUIEN DEVORAR. LA IMPORTANCIA DE ORAR UNOS POR OTROS.
SALUDOS Y BENDICIONES
Si, así es. La lucha es continua hasta la muerte.
La oración es importante. Pero también el buen actuar.
Y perseverar hasta alcanzar la vida eterna
Gracias por la lectura.
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