Memoria triste.

Una memoria mal recordada, dame un segundo para ver que pasa.
De esta mente ya no salen recuerdos y de estos sabios ya no surgen esperanzas.
Los banderines de la desdicha flamean descalzos, bajo sus pies la muerte y bajo de ella, dios.
Siniestras las palabras de los muertos y sus ropas secas por sangrar.
Me encuentro con los sueños alborotados, sin ganas de hacer algo.
No me e muerto, pero no estoy viva...  Tengo cuerpo y habla, pero no corazón ni sentimientos.
Y si la muerte vacila entre mis dedos, no tendré tregua y la aplastare sobre mi cuerpo.
Que horror sin importancia, tener a tu lado a un hombre sin poderle versificar tus dolores.
¿Cuando volverás cariño?
Dejame en este olvido, dejame con tus recuerdos sobre mis mentes, hace tanto que no te veo sonreír que ya se me olvido la forma de tus dientes.
¿Volverás a sonreír?
Paso días enteros viendome al espejo, esperando verte nuevamente... Pero no estas, supongo que tu ya viste a la muerte y yo sigo esperando a dios.
Dios el que me mate y me diga el porque de mi dolor.
Dios, el que construya un punte de aquí a la vida.
Dios, el que ya no juzga sin temor...
¿Dime cariño, el me ama o solo juega conmigo?
Sin mayor respuesta estoy perdiendo el tiempo, o entre el tiempo me pierdo lentamente.
Yo lo amo, lo quiero y aprecio, pero siendo honestos no creo que sea el mismo sentimiento.
No habrán horas de desvelo, no habran poemas eternos, no habrán besos tiernos y consejos de consuelo...
¿Dime cariño, tu que me conoces que debería hacer?
¿Dejarme morir o palidecer?
Si no hay verdad en mi risueña amargura, ni lamentos más sinceros que los de ayunas, no hay nada que me sostenga a esta vida, ni sus palabras de mentira ni sus labios putos.