Quizás un día de estos
quieras cambiarte las huellas dactilares
o llamar a los cuervos de otra forma,
quizás puedas salir por otra puerta
distinta del dolor, o elegir otro número primo
para el bus que te lleva, a hora temprana, en busca del empleo.
Tal vez decidas luego subir las escaleras en sentido contrario,
montar un terraplén de sal en la cocina, ponerte los zapatos
de tu mejor amigo
y decirle a tu novia que te has hecho francés.
Y puede que además tengas razones
de suficiente peso
para cambiar los tonos que te legó el profeta,
para escribir tu nombre sin vocales,
y para que comprendas
que por mucho
que te hagas transfusiones
con vinos importados, solo conseguirás
que la sangre reviente
para que todo siga como está.
Comentarios2
Muy sentidos versos libres.
Un placer de lectura.
Un abrazo.
Me alegra mucho que te haya gustado el poema, Fabio. Gracias por tu valoración.
Un abrazo.
Me encanta!!!!
Saludos
Bueno, pues una alegría, Ágora. Gracias por hacerme llegar tu opinión.
Un abrazo.
Ágora, no sé por qué no me deja enviarte un mensaje privado el sistema. pero he leído el que me envías sobre la amistad, y ya la tienes. Tampoco sé si hay que hacer algo para oficializar esa amistad, no tengo practica sobre estos temas.
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