Había una vez un curioso mendigo, sus lánguidos ojos opacos producían pesar.
Todos los días antes de doblar las campanas de la ermita, pasaba a su lado un
obrero. El mendigo le sonreía con mucha vergüenza y estiraba sus delgados
brazos, para pedir una moneda, la cual siempre era bien correspondida.
Un día el obrero quedo muy impresionado, después de que el mendigo le contó;
Que al levantarse había encontrado en su humilde estera; una esplendorosa
bandeja, llena de maravillosos regalos.
Lo más extraño fue que el mendigo repartió todos esos regalos sin pensarlo,
no tuvo ningún reparo de saber a quién se los entregaba.
Uno a uno, los repartió todos, sin ningún pesar.
Solo porque todas las personas le sonreían y lo abrazaban. Para él eso era
suficiente.
Pero en realidad era por interés.
Eso causó mucho dolor y asombro a todo el pueblo, porque aquel mendigo
no poseía nada, tampoco dinero.
El último regalo fue entregado a un joven, el cual lo maltrato e insultándolo.
Paso luego a destruir el regalo, sin percatarse del contenido del mismo.
Fue muy extraño para todos. ¿Porque habría reaccionado así aquel joven...?
Cuenta un residente vecino; que mucho antes de haber llegado el mendigo,
Había venido al pueblo una elegante dama vestida con muy finos vestidos,
Repleta de regalos muy bien empacados, los cuales resultaron ser cajas vacías.
Al parecer aquel joven pensó; que el regalo del mendigo era otra burla más;
Ósea otra caja vacía.
Cuando el obrero volvió a ver el mendigo, el mendigo con lágrimas en los ojos,
le contó todo lo que le había sucedido.
El obrero le hablo sobre el Amor y el perdón, que son los más valiosos regalos.
Y entre más regalos de Amor entregara, más cantidad y más bellos le serán devueltos.
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2019 a las 09:59
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
NOS HAS DADO UN REGALO MUY HERMOSO DE REFLEXIÓN.
GRACIAS Y SALUDOS
Buenas noches.
Se siente agradable la satisfacción de entregar algo bonito.
Y mucho más cuando alimenta las almas.
Gracias por su lindo comentario.
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