Dentro de mi pilar de huesos,
–de mi cuerpo–
mi alma emite halos de luz
como si fuera un crepúsculo vespertino,
y mientras se reflejan
a través de una sonrisa, de un latido,
de una lágrima,
mi alma rebota con cada extremo de mi cuerpo,
haciéndole latir, fuerte,
por un sentimiento de amor.
Llego a casa, yo y mi pilar de huesos,
mis ojos, dos tapas de corcho,
y mi alma sigue rebotando
con la fuerza con la que se ama y
con la que pasa el tiempo,
porque yo tenía un corazón
que custodiaba tu cariño, tu amor,
hasta que se hizo pedazos,
pues tengo tanto amor con tu nombre
que se esparce por mi cuerpo
al ser un corazón, espacio insuficiente.
- Autor: Kazuo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2019 a las 13:13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Jhon Deivy Torres Vidal, Daniel Memmo
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