Cuando Marta mira a Martina.
Se abrió un milagro en la vida
y un sueño quedó cumplido,
un sueño de bienvenida
que fue un deseo extendido.
Seguir y seguir soñando
y no cumplir nunca nada,
es igual a vivir llorando
de la noche a la madrugada.
Y Marta, que bien sabía
el motivo de su ilusión,
a veces se deprimía
e hinchaba su corazón.
La vida, a veces, nos harta
y nos hace palidecer;
pero aquel deseo de Marta
en agosto se vio nacer.
La niña soltó su llanto
y Marta soltó alegría,
y aquello que fue quebranto
por fin se desvanecía.
Cuando Marta miró a Martina
un sueño llevó a su pecho;
¡Y el mundo ni se imagina
el amor que se vio en su lecho!
Se abrió un milagro en la vida
y un sueño quedó cumplido,
un sueño de bienvenida
que fue un deseo extendido.
Seguir y seguir soñando
y pasar la meta esperada,
es igual a vivir amando
de la noche a la madrugada.
Y Marta, que bien sabía
el motivo de su ilusión,
hoy vive con alegría
y calma en su corazón.
La vida, a veces, nos harta
y nos hace palidecer;
mas contra todo fue Marta
luchando como mujer.
La niña soltó su llanto
y Marta soltó alegría,
y en ellas se alzó el encanto
y un canto de poesía.
Cuando Marta mira a Martina
sueña siempre bajo la luna,
¡Y el mundo ni se imagina
el amor que está en esa cuna!
A Marta Yáñez.
- Autor: Danny McGee. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2019 a las 22:18
- Categoría: Familia
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, anbel
Comentarios1
Creo que no debe haber mayor regalo que un hijo deseado.
Un abrazo.
También creo como tú.
Cariños.
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