Lentamente y sin mucha prisa
te veo intentando a mi lado volver,
querer reconciliarte, olvidar lo pasado,
borrar las ofensas y dar marcha atrás.
Te sé temblorosa y al mirar mis ojos
te tornas sumisa, callada, queriéndome hablar.
Me tiemblan los labios, las manos, la risa se me va;
me estoy desarmando al verte pasar.
La alegría está ausente hoy de tus mañanas,
la voz nos traiciona, se niega a suplicar.
Somos dos cobardes fingiéndonos fuertes,
se nota en nuestros cuerpos la necesidad de amor
y nuestra mucha cobardía nos impide actuar.
No nos dimos la oportunidad de la duda,
nos volvimos insensibles a la realidad.
Te he estado esperando, para que regreses,
en esta suave playa,
en este bello puerto, en este tibio mar.
El arrepentimiento llego a nuestros sueños
después de tantas noches de insomnio,
tantos días nublados, tantas campanas rotas;
tantos llantos reprimidos, tantas otras cosas,
…después de tanta y tanta soledad.
© Armando Cano.
- Autor: Armando Cano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de febrero de 2019 a las 01:13
- Categoría: Triste
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Miachael, Ma. Gloria Carreón Zapata.
Comentarios3
Fuera la cobardía, que siga el amor.
¡Viva el amor!
Gusto leerte.
bambam
Deje la cobardía para su alma hacer feliz. Dígale que la quiere y muere por volver a tenerla en sus brazos ... el pasado no importa pero el presente lleno de amor. Vuelva a empezar y será feliz. Saluditos desde Miami.
Que el corazón no sé amilane, que él decida. Excelente trabajo estimado autor. Mis felicitaciones. Un cordial saludo desde México.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.