QUE CRISTALINOS NOS MIRAN...
Tibias lágrimas rodaron,
libres como acuosas gemas,
sobre el rostro contraído,
conmovido por la pena.
Se aceleran los latidos,
arritmicamente rotos.
Como latigazos sordos,
flagelando el corazón.
Tan enorme es la emoción,
que se va borrando todo.
La vida en su devenir,
busca el origen de todo.
Va caminando a su modo,
sin saber a donde va.
Cada segundo es un paso,
que al siguiente no adivina.
Porque surge en cada esquina,
una sorpresa mayor.
Así la vida se arma,
con herramientas de amor.
La voz, se ha quedado hueca,
como sin agua una acequia.
Como una ánfora vacía,
de arena hasta el borde llena.
El aire quieto se queda.
Un suspiro sin latido.
La calma de una condena,
que se alarga con los siglos.
Una caricia que intenta,
más en el intento queda.
La sonrisa congelada,
del pincel de algún artista.
Tibias lágrimas que ruedan,
como gotas de rocío,
que sobre la hoja se quedan,
en un perfecto equilibrio.
Gotas de nácar rodando,
sobre el amor que las lleva.
Cristalinas y profundas,
emergidas de la sima.
Del interior donde nace,
la bondad que purifica.
Ruedan los ecos del mundo,
sobre las suaves colinas.
Peinando sus prietas carnes,
con el sabor de la brisa.
Ancestrales los vacíos,
que van dejando las vidas.
Para llenarse con otras,
en un carrusel que gira.
Ruedan las lágrimas tibias,
como la nieve resbala,
sobre el rostro que la mira.
La aurora se torna verde,
enamorada y cautiva.
Sin lágrimas en sus ojos,
que cristalinos nos miran.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
08/02/2019
- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2019 a las 06:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri
Comentarios1
Gracias a todo(a)s
Cordiales saludos
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