Hoy encontré tu carne junto a la mía.
Me resistía a probar el licor sin su montura.
Probar las manos en tu vientre escarchado
por el silencio de mis besos.
No puedo cerrar los párpados
sin verte en el seno de una esfinge.
No puedo trasladar todo mi cuerpo entre tus brazos,
porque se me escapan sin balancearse.
Es una suerte que me abrace a la vida,
sin percibir el aliento de tus labios
en el espejo de la noche.
Mi sudor se ríe como la fiebre de este remanso
que atraviesa la espalda.
Estaba en un momento que me declinaba:
si bien entorpecer con mi lengua todo el fluido
que sale de tu aliento; o palpar con la desesperación que provoca mi soledad.
Porque al fin y al cabo, la soledad es un amante que se agarra a la insuficiencia de un vacío, llamándolo deseo.
- Autor: Isabel Rezmo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2019 a las 07:51
- Comentario del autor sobre el poema: Incluido en mi Primer poemario Paisajes de una Dama en 2013. Poemario que ha llegado a los 500 ejemplares vendidos
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: piotr antonin, Ma. Gloria Carreón Zapata., Lualpri
Comentarios3
Bello poema, intimo, tenaz, sugerente. Un gusto pasar por tus letras
Piotr
Muchas gracias
Bello, hermoso poema diría yo, que lindo pasar por tus letras y disfrutar de un regalo que nos otorgas amiga poetisa. Que tengas mucho éxito en tu próxima edición. un saludo y muchos abrazos.
Felicidades querida autora. Que sigan los éxitos. Dios bendiga todos tus proyectos. Un cálido abrazo desde México.
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