Hoy me encontré solo
Así como antes,
No es que no haya habido espacio para estarlo,
Ni que hayas salido de mi mente
Dejándola a la deriva de la nada.
Solo, conmigo.
Solo, con mi sentir agónico.
Solo, en compañia de mis ideales, ideas y puntos de vistas.
Solo, con el caos en mi mente.
Solo, con las voces de mi cabeza en un silencio inventado.
Así solo, encajando los bordes rectos del rompecabezas en esquinas curvas,
Dando respiración boca a boca al agónico grito que rompe la calma.
Intentando callar el grito desgarrador de la inseguridad y el temor.
Anhelando dar a luz a la calma,
A la confianza y el coraje.
Solo, entre las multitudes de palabras de calma.
Solo, con abundancia de gente a mi alrededor diciendo que pare.
Solo, sin saber por qué.
Solo, así.
Solo, pero contigo.
Contigo, hasta la médula.
Contigo, en medio del denso mar de opiniones e ideas.
Contigo, como aferrado a la soga que me detiene a caer en el abismo.
Contigo, sin saber si te tengo ahí o es solo una mera ilusión.
Contigo, sintiendo que mi yo es ajeno a lo que creía ser.
Dulce y amargo deleite del cual soy un preso,
Haciéndome niño de forma casi voluntaria.
Mi elixir que bebo de forma inconsciente y segura.
¡Ay! Si dejo de consumir ese manjar,
Quizás todo cobre sentido y se callen las voces.
Contigo, sin poner oposición.
Contigo, sintiendo que tienes la cura para el caos.
Contigo, aferrado, sin necesidad de taparme los oídos.
Contigo, no estando solo.
Contigo, bebo de esa copa hasta el fondo.
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Autor:
A. Maureira (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2019 a las 19:25
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 13
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