Conozco a una chica
y presiento está de mi enamorada;
su rostro no me dice nada,
ni sus labios, ni sus gestos.
Sólo, sus hermosos ojos,
que no dejan de mirarme,
sus temblorosos labios,
y sus dedos, que se dejan tímidamente
por los míos rozar.
La invitaré a salir, a platicar, charlar un rato,
le contaré mis cosas, platicará las suyas.
Le diré que solamente hemos sido amigos
y entre tazas de café, entre risas y ademánes
le hablaré de mis sueños, del atardecer,
del mar, del sol y las estrellas;
de cómo el amor multiplica los panes.
Y quedaré en espera de su incierta respuesta,
que si es cierto lo que pienso
en mi corazón habrá una gran fiesta.
© Armando Cano.
- Autor: Armando Cano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de febrero de 2019 a las 00:36
- Categoría: Amor
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
Que dulzura en sus letras.
Un gusto leer.
Saludos, Armando.
Gracias Amiga tu comentario me halaga.
Un saludo fraterno.
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