Llantos de niño,
lágrimas pequeñas,
mi piel como manto,
camino atormentado,
pequeño desafortunado,
alumbrado por velas,
apagado por la cera.
Llantos de adolescente,
lágrimas dolientes,
mi piel me miente,
no muestra lo evidente,
mediano sin suerte,
alumbrado por la noche,
apagado por luces.
Llantos de adulto,
lágrimas de un tintero,
mi piel, mi rostro manchado,
como un dibujo a óleo,
la pintura es de color oscuro,
mis ojos están escondidos,
alumbrado por mis lamentos,
apagado como árboles en invierno.
- Autor: Inmóvil en blanco. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de febrero de 2019 a las 10:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Lucia Rodriguez Lopez
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