**~Delirio de un Náufrago~**

Delirio de un Náufrago

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El mar sosegado, tranquilo, quieto e inmóvil, tan real como el viento que sopla,

es el tiempo que acecha con devorar el delirio de un náufrago,

que alienta con la vida desde que el presagio,

calienta en demasiada vil irremediable el mar frío.

Está sentenciado el cálido mar, con los peces y en su hábitat,

está la vida marina, es el delirio de un náufrago,

que en su mente vá y viene el tiempo, cuando amó,

cuando vivió en la orilla del mar, en la tierra.

Está amarrado al siniestro instante cuando el mar tiene corriente,

su lancha fue a la deriva, fue a la mar perdido,

cuando herido vá y viene, es entrever y ver el cálido mar,

como sustancia líquida que hoy ahoga su garganta.

El mar fuerte, denso y tenebroso, da pavores extremos,

es el mar que hoy atrapa y ata lo que no le pertenece,

es el mar que desea sustraer todo aquello en silencios,

pero, está el delirio de un náufrago delirando.

Es el corazón que late a prisa,

es el alma oscura y sin la luz de la vida,

es el corazón que se atreve a sentir,

el miedo y el temor inseguro.

Cuando el náufrago mira el horizonte y no vé nada,

sólo el sol que parpadea sus rayos,

es inconcluso el horror que es tan sabio,

cuando sólo se siente el deseo de arribar a puerto seguro.

Y de la nada, y la nada,

viene y vá la imaginación,

el delirio tan ambiguo,

tan continuo,

como saber que la pasión está gélida.

Sólo me dejas al parecer,

una situación de las que se tiene que ver,

y saber que el amor siempre estuvo ahí,

pero no lo vió, no lo sintió.

Y las olas que van y dejan un frío inerte,

pero, está el cuerpo cálido todavía,

van dejando el vaivén del cuerpo,

sobre ellas, las olas, tan viejas como el tiempo.

Pero, logra ver un islote,

un montículo de tierra,

vé y observa que hay vida,

y hay posibilidad de supervivencia,

pero, es su ausencia que no lo deja ver el delirio de un náufrago.

Es su prisión que no deja ver el amor,

la pasión o el dolor,

cuando logra llegar a casa todos los días,

es un reo de la monotonía,

y se siente como un náufrago,

sin poder llegar a la orilla,

y ver y sentir el delirio como pasaje de ida y no de vuelta.

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