Estas manos grandes que Dios me dio,
No están vacías; porque tengo un corazón.
Un órgano latiendo intensamente,
Desprendiendo amor.
De pupilas brillantes,
Labios rojos y cuerpo de oro.
Estoy pensando en ti; porque te quiero,
Princesa.
Tengo ancías de detener el tiempo,
Obligándole a que de la curva y se devuelva.
Un momento inmortal para los dos.
Nuestra casa,
Los hijos y todos los sueños por realizar.
Tener por siempre lo que tenemos ahora:
Venus sobre un cielo limpio,
El mar al frente de edificios mágicos,
El olor a trópico y tu mano;
Porque me quieres también.
- Autor: hakeeler ( Offline)
- Publicado: 15 de febrero de 2019 a las 03:04
- Comentario del autor sobre el poema: Puse en la licuadora dos casquitos de limon ardiente, dos cucharaditas de azucar de marte, un vaso de agua del valle. Lo deje tres dias al viento y luego lo licue por un minuto exactamente sin pensar. Lo servi en el vaso que me regalaron el dia de mi cumpleaños y me lo tome sentado en el balcón del apartamento frente al mar; mientras escribía este poema en un día de San Valentín.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
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