Y en sus ojos habitaban presagios,
futuros, tristezas, puentes titánicos,
esperanzas, soledades en abandono,
el mundo dormido en retina.
Su mirada inequívoca, oráculo vibrante,
tímpano de un frío que se acerca: invierno interno.
Por eso deviene en ella misma infinitamente.
Y digo: Esta entraña errática involuntaria Mártir,
angustiada, dirían “engañada”, enganchada al labio
de luna, milagro lunático, apático de lo externo,
intestino atrofio de apetito porque estomago perdió la magia,
y toda el hambre recae en fantasma de allá, en imagen,
en imagen, en recuerdo-vidrio-hechopedazos.
El ámbar en el sol, perdido, de mi país,
desencantado, erradicado el silencio-ámbar,
porque grito en cada esquina, pero grito-silencio,
y nadie-todos escuchan.
División/ indispuesto/ cristalino ámbar llevado a patria externa/
desconocida parcela/ estrella y estrella y estrellada/
no hallada, no perdida.
Y halló en carriles frontales del pecho, excusas.
¿En qué momento distante de la ceguera diaria dijiste
“VEN A MÍ”?
Endemoniadamente, así, te fundiste en caja torácica,
soldada de nervios venas carne de mi carne, y suspiros multicromaticos,
y monocromática mi mirada, color de tu color: la pintura irreversible.
Siamesa, duquesa de un castillo en ruinas.
Siamesa, siasilla, siaamueblando todo un destino.
Evadido.
Y dicen que me vaya de aquí,
pero en sus ojos,
residente,
exiliado.
Doy 10 pasos adelante y 20 hacía atrás, y 30 hacías a atrás y luego…
- Autor: Jordan Sanchez ( Offline)
- Publicado: 18 de febrero de 2019 a las 04:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 23
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.