Le pregunte a Dios, por mi bella y dulce amada.
¿Por que no la tenía, la había perdido, ella no estaba?
Si era mi aureola, mi dulce luz, mi idónea dama.
Por qué fue vestida de fría muerte, tan desdichada.
Me contestó Dios; con una flor, que desgarro mi alma.
Era una flor, de corazón, que tristemente lloraba.
Oh, corazón sangrante; dais al amor el sufrimiento.
Cuando te desangras fingiendo agonía y tormento.
Germinó siendo bella flor, la regué, y floreció un corazón.
Se desvaneció su ternura, como espuma se perdió...
No fue fragante, era lóbrega, inspiraba el horror.
De su interior fingía; brotar sangre, gotas rojas de dolor.
Si se preguntan; ¿Qué tristes fablares emite esta flor...?
Entenderán por que no fue grata, ni me alegró el corazón.
Ninguna triste endecha, será tan directa, como su cruda ilusión.
Son gotas rojas que fluyen frías de su corazón;
Un homenaje al amargo, desamor.
Comentarios3
Triste y melancólica y bella poesía Sierdi tiene una bella descripción ...
Tristes, pero sentidos versos.
un placer de lectura.
Un fuerte abrazo.
Veo, Sierdi, que eres una persona religiosa y muy creyente. Se refleja en tus poemas. Cuando existe concordancia entre pensamiento, palabra y obra, el asunto marcha bien. Estoy convencido de que ese es tu caso. La sensibilidad y el talento son evidentes en tu trabajo.
Recibe un cordial saludo.
Muchas gracias por sus palabras. Me llenan de alegría.
Sí soy una persona creyente.
Saludos
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