Te miraré al pasar como siempre,
con mi mirada verde, vestida de infinito,
con el rojo pasional de tus labios tan cercanos y ajenos,
que llenarán mis horas de extraña lejanía,
semejante a un castigo milenario,
a una agonía absurda de plásticas nomeolvides
que llegan floreciendo otoños,
apurando los pasos que te alejan lentamente de mí,
hasta verte perder entre las cortinas de un secreto.
Es que este amor callado señora
ya quiere reventar las amarras de mis venas
y quiere hacer un brindis a tu salud risueña,
mientras le arranco al viejo piano alguna melodía,
de esas que son muy frecuentes en mis noches
de noctívago herido,
donde descubro tu desnudez que no existe,
tus besos tan venenosamente ajenos y fantasmas.
Las rosas que te envío y que jamás recibes,
y la carta de amor que nunca lees,
pero que siempre escribo,
y este poema que quizá no sepas nunca
que nació para conquistarte a ti,
pero que debe morir entre la luz del planeta;
y cuando quizá lo leas señora,
en un libro de amores,
no sabrás que tu nombre se mezcló en estas letras.
Mire como es la vida señora,
cada una de mis tardes se va con su perfume,
mientras la veo pasar, como siempre,
tan feliz sin mis besos, sin oír mis canciones.
Yo permanezco inmóvil, yerto en la orilla
de un viejo tren que se llena de pájaros,
cuando la noche se convierte en un hueco;
y ahí vas como siempre, con tus besos extraños,
con tus ojos de fuego inextinguible,
de la mano de un hijo que debiera ser nuestro.
Yo he besado sus manos señora,
entre lunas de sauces acaricié su rostro,
su sonrisa fue mía como la lluvia derramada,
como una estratificación de besos
que corrían descalzos hacia la ternura,
cuando su sombra se cubría en mi piel,
en la vaga perforación de un sueño.
Yo seguiré mi camino señora,
andaré en mi desvarío, con mi loca carrera;
y usted pasará a mi lado
de la mano de un niño que se irá haciendo un hombre.
Y entre otoños marcados y definitivos,
seguirás caminando
con tu perfume envolviendo mis sueños,
que guardarán su propio transcurrir dormido
y el secreto de tu amor en mis versos.
- Autor: Soncafe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de febrero de 2019 a las 12:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Frida Alcántara, José López Moreno., María C.
Comentarios2
Ayy qué señora tan bella, ojalá que te corresponda.Saludos poéticos.
Gracias por tu visita mi apreciada amiga.
Recibe un gran abrazo poético de amistad.
Saludos
Señora serás admirada por una intensa mirada, mientras paseas sin darte cuenta de nada.
Ten un buen día poeta del alma.
Mi guerrera amiga María.
Tu comentario te salió muy bueno y en rima.
Gracias por tu amabilidad.
Dios siga fortaleciendo tu vida.
Saludos
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