La sombra del fuego: Ciclo primero

Jonathan Moreno Esquivel

El silencio siembra cuando un hombre al nocturno fenece

desde las alturas cada sombras de sedientas pérfidas

abrazan a la tierra donde en pie miras el suplicio.

¿Cuántas noches no temiste el repercutir de tu celo?

No niegues ahora tus acciones, compañero arcano                                      5

ni llegará la hora de pedir perdón a tu pasado

ese carro vacío sobre el arcén, contiguo a tu hijo

la mano apunta a tu corazón, piensas sólo en llorar

solitario desde el parto, lento caminante viejo,

amapola en llamas junto al hogar, rodando a ti, Chiad;                               10

lazos rotos; casas negras; cartas sordas; piedras pétreas;

risas quedas; ojos ciegos; manos tiesas; lenguas secas;

¿Cuánto más deseas causar, Chiad? La procesión ya no

basta. Caminos de ascuas dan comienzo a la cacería

del oscuro, cabalgando en polvorosa a tu encuentro, hijo                            15

 

el viento murmurará y doblegando tu voluntad

la rueda borrará tu rastro, negando tu derecho

levantando todos los cimientos preservados. Padre

él cortará tu hilo del camino, negándote el paso

podrás andar, pero no volver; caerás al olvido                                             20

dulce niño, grandísimo patán, corre, vuela, huye

lleva a cabo todo bajo el haz de la verdad, cobarde

ya la eterna noche alza el vuelo tras de ti con fiera oz

galopan a su espalda los viejos sabuesos carmín

riendo sus afilados rostros de lechuzas infames                                           25

canta ya, hija de la noche, por el alma vieja inútil

danza el alba mientras todos duermen dentro de sus cofres

y las luces densas bailan con sorna ciega infernal

las calles; el pueblo; la vieja ciudad; todo perdido

caminos afines lejos del cruce del viejo lord.                                               30

 

Tus hijos no perdonarán la ofensa –tuya– que siempre

cae donde quieras; a vivir, sufrir, a morir, Chiad

más no alces más tu cáliz a riesgo de beber las ascuas.

Tú entre todas las ramas caídas de tu árbol profano

arde el pasado desgastando el presente; tu presente                                    35

y esa sombra, filtrada por tu ingenua mano, envilece

todos esos logros acuñados por hombres mejores,

las grietas el tiempo las cubrirá sin piedad en yesca

ya caen al abrazo terrenal los frutos aun tiernos

pronto engullidos y a resguardo de la culpa del padre.                                40

El fuego prosigue a base de largos sollozos tuyos,

sucumbes no a las llamas, pero al tiempo en su soledad;

todo cuanto brillan las estrellas reflejan la nada,

tú vacío siniestro, lascivo... el mismo que en tus ojos

reflejas como recuerdo de lo etéreo en la vida                                             45

 

las blancas cenizas adornando el paisaje pedestre

has supuesto, por mucho tiempo, una superflua verdad,

'Respira hondo, es tiempo de elegir tu refugio en la sombra',

tomas camino a bordo de tu carro gris, un Camaro

–auto de tu padre en mil novecientos sesenta y seis–                                  50

escarpa tu lengua en la empinada colina del ser

¿Quiénes no pagarán por tu error y quién no será víctima?

Flor de tus ancestros, frío collar de voz; ponte en marcha

bajo el chaparrón etílico, no pares hasta que ardas,

entra al carro ante los arcos blancos sobre el río níveo                                55

vuela bajo el granate portento un tosco agüero enhiesto

al lado de ya encendida amatista en su parco fondo

brillan las pálidas moradas al toque de los faros

los destellos revelan tu rostro en relieve agrietado

señalan tu camino los altos potutos dorados                                                60

 

en la vieja ciudad él ha muerto con reiteración,

adoquines en tonos errantes de pies empolvados

te miran rostros derramados con hollín, pausa y pena

dominan las pardas cúpulas detrás esas cabezas,

sigiles pintados sobre mulatas puertas arcanas.                                           65

Y cuando alcances los cielos efusionados de Andor

todos los receptáculos deberán ser sorteados

en las alturas, los caminos son de alcantarillado

¿Deben las torres arrodillarse ante esa, tu ventaja?

Tú, como esos pájaros secos, no serás libre al éter                                      70

ahora sopla rápido los alicantos el céfiro

haciendo estandartes impíos de frazadas horadas,

permutando tierra en boca acre, habitada por visiones

en soledades y buhardillas forasteras de esa ánima:

'¡Urbe arcana, mí víscera aciaga éste olmo con tu ardid!'.                           75

 

De tu ciudad; pueblo entre dos diáfanos ríos pulsantes

ambos linfa de distinta casta; escarlata corre uno

turquesa, el otro anda; primitivo, padre de tus padres

donde una vez lavaste penas menores a tú carga

tu mano abrazó el espino, más le impediste soltarse                                    80

no fue gota de tus fanales despertando piedad

ni brazos torvos en flujo anhelo al ósculo linfático

¿Ves ya la urdimbre tras la fosa, Chiad? ¿En verdad lo ves?

¿O es luz a nos portal, sesgando el deseado anhelo último?

Más sigues andando con el viejo carro de tu padre;                                     85

cual antiguo amante retornas a la sombra de origen,

al velatorio en purga donde triste yaces, inerte

dentro de la oscuridad. El viento sopla con gran fuerza,

removiendo los frutos a tus pies clavados, y al suelo

perdura cruel retoño de cara a vástago interior.                                           90

 

Me ves dentro del corredor, silueta de luz mohína,

paso; vihuela; zozobro en el tiempo; silencio casto,

fuego de fragua arraigado en tu longeva evocación…

y te vas; todo vuela dentro de las tormentas cíclicas,

canto sobre piedra, rezo tras oración; eres mártir                                         95

– '¡Bienaventurado apóstol apócrifo, te abro el huerto!' –.

La carroza entra triunfal a nuestro encuentro sibilino,

desciendes; alargo mi mano a ti, guía necesaria.

Fuera hay luz, cae grava; suspiras –mausoleo y error–;

que en la tierra tu nombre permanecerá destrozado.                                   100

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