El sol discurre lentamente hacia el ocaso
por los dorados caminos del cerúleo cielo
y poco a poco su redonda lumbre se apaga
entre relucientes cristales de sangre y fuego.
Las glaucas y aterciopeladas aguas del mar
reciben sonrientes los fulgurantes destellos,
en las níveas crestas de sus agitadas olas
aletean los irisados colores del céfiro.
Blancas vuelan las gaviotas
en las lenes y azuladas alas del viento,
entre sus gráciles y etéreas acrobacias
fluyen inconmovibles los suspiros del tiempo.
Por los intersticios de la arrebolada brisa
se deslizan mis dulces y halagadores sueños,
que raudos se esconden en algodonosas nubes
para ocultarse del enojo de unos ojos negros.
- Autor: Julio Noel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de febrero de 2019 a las 15:46
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 49
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