Qué difícil resulta decir lo que uno siente
cuando no siente nada
y es la noche
la claridad más próxima,
qué difícil hablar si enfrente tuyo sólo encuentras estatuas
y hay estancias
del tamaño de un pájaro.
La mitad de la vida se nos pasa
velando el corazón entre rameras y músicos, la otra
espantando a los perros que ladran cuando pasa
por la calle un leproso,
casi siempre
ebrios de oscuridad, sobreviviendo
de mentiras y endivias en salsa roquefort.
Los mendigos de Esmirna fueron más previsores y se hicieron agnósticos,
de esa forma
consiguieron robar a los artistas famosos que emulaban
la igualdad de los sexos y dormir
bajo cielos de iguanas en Bizancio,
nosotros, sin embargo,
aunque nunca sufrimos la amenaza de un rey apocalíptico,
tuvimos que exiliarnos, escondernos de Sila y pernoctar
a la luz de un candil en pleno invierno.
De aquella juventud, hoy estos barros:
quienes fuimos discípulos de Heidegger pretendemos
convencer al psiquiatra de que el loco
es aquel que bosteza cuando alguien pregunta
por la tabla periódica.
- Autor: Vicente Martín Martín ( Offline)
- Publicado: 2 de julio de 2010 a las 04:53
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 465
- Usuarios favoritos de este poema: Thami, Melba Reyes A.
Comentarios3
Pinceladas de pensamientos que no se dejan atrapar por medio de metáforas escurridizas, que no dejan contemplar el fondo, tratando de dar una quietud que no existe.
Grandiosos versos con figuras , que sobresalen del verso natural, al que estamos acostumbrados
Felicitaciones, gracias por compartirlo.
Saludos
Lena
GRNADIOSO!!!!!!!!!!!!!! POETA SI LE PONGO MÁS...............DAÑO EL COMENTARIO ESPECTACULAR...
BESOS MIL
Qué difícil resulta decir lo que uno siente
cuando no siente nada
y es la noche
la claridad más próxima,
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