Solitario y sombrío
era aquel campo santo,
con algunos cipreses
y también unos bancos,
los primeros tenían
a las hojas rogando,
con su voz silenciosa
a los tiempos pasados,
y cubrían sus ramas
unas perlas con llanto,
y suspiros divinos
con la lluvia mezclados,
en el banco, sin nombre,
una sombra de anciano
con la dulce figura
y el bastón añorado...
Yo pensaba, de niño,
en un mundo de extraños,
donde el hombre pasaba
poco a poco de largo,
y dormían los muertos
que se iban marchando,
y también las personas
conocidas de antaño,
pero nunca pensaba
en viajar a este barrio,
compartiendo la brisa
con cipreses y nardos,
¡qué feliz me encontraba
en mi mundo y a salvo,
ignorando que un día
dormiría en su barro...!
"...Solitario y sombrío
hoy me encuentro pensando
en el niño que, un día,
quiso ser como un mago..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 27 de febrero de 2019 a las 08:24
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, neosan, Yamila Valenzuela, Lualpri
Comentarios1
Muy bueno.
Abrazos
Gracias Luis.
Abrazos.
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