Esta árida vida, desprovista de encantos,
De frías mañanas y obtusos trabajos.
Esta vida de horribles visuales,
de malhechos escenarios.
De espantosos humanos y decadentes muestrarios.
Sin fin de pesares en cadencias naturales.
Esta árida vida, desprovista de encantos,
De frías mañanas y obtusos trabajos.
Esta vida de horribles visuales,
de malhechos escenarios.
De espantosos humanos y decadentes muestrarios.
Sin fin de pesares en cadencias naturales.
Comentarios1
Y EL AMOR, QUE TODO LO CURA...
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.