El estómago se irrita cada que pienso en el futuro.
La ansia de la tripa. La tripa de la ansia.
Las ansias y yo existo.
Sé que estoy viva porque quiero vivir.
Que la muerte me teme porque no le tengo miedo.
Y vuelo porque he decidido hacerlo.
Así de sencillo es quejarse de las cosas.
Implica la misma energía que callarse y hacerlas.
En el mundo en el que vivimos o lo tomas o lo dejas.
Pocos son los arriesgados.
No tienen nada. No tienen título.
O a la par pierden a la familia, o pierden a los amigos.
¡Boom! Nos miran como enemigos.
Creen que no estamos calificados,
pero no conocen nada de nosotros.
No somos el ejemplo del éxito.
Somos el ejemplo de la lucha, de ir tras lo que queremos.
Somos todo aquello que anhelamos y que además,
no nos quedamos quietos.
Pero nos miran como hormigas.
Somos incrédulos soñadores para los desconocidos.
Se cubren los oídos tras escuchar nuestros pasos.
Se justifican porque si ellos no pueden, nadie puede.
Somos el ratón oculto. Huimos del gato.
No se nos olvida que los humanos tienen ratoneras.
Pero cuando de verdad lo quieres...
no existe nada que te pueda detener.
- Autor: Nadia Almazán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2019 a las 19:31
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Fernando?
Comentarios1
Me encantó.
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