Como en sueños de perro azul
el descanso nocturno la traía
deseaba vivir durmiendo, sabía
que indolentes amaneceres
sin piedad se la llevaban
en conciencia, su don la construía
oleos, acrílicos, pinceles
paleta y tantos crudos lienzos
anhelo de amor materializaban
un avatar de formas infinitas
siendo el génesis de su hiriente belleza
aquella mirada de lluvia encerrada
Pinceladas que ilusionaban vida
“a la perfección le es concedida”… pensaba
“tal vez mi sudor, la sangre de mis dedos
mi creadora agonía”
…y mientras se arrancaba una costilla …suplicaba
“Afrodita, envíame polvo de estrellas
que encierre un soplo divino
y pueda amarla más que Pigmalión a Galatea
no me condenes para siempre solo a pintarla
y si no le concedes la vida
… lleva la mía hacia ella
- Autor: daniel cantos colmont ( Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2019 a las 20:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
en honor a la obra del maestro Alejandro Elías
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