Te voy siguiendo,
mariposa amarilla,
llévame lejos.
A dónde quieras,
aléjame de miedos
y de tormentas.
Te escribiré
los versos más hermosos
que hayas leído.
Y si tú quieres
haremos un descanso
en las colinas.
Veremos luces,
brillar en la distancia
de algunos barcos.
Tras las aldeas
la sombra de los mares
será presente.
Entre las piedras
y ruínas de las casas
crecen los árboles.
Son los vestigios
del tiempo en que las minas
eran activas.
Ahora, el silencio,
responde a las preguntas
que nos hacemos.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/02/19
Comentarios1
Enigmático tu poema de hoy.
Muchas gracias por compartirlo
La chiquilla del dibujó me recordó a una rosa, persiguiendo mariposas.
Un abrazo Rafael
Gracias Texi.
Un abrazo.
Gracias Texi.
Un abrazo.
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