Ya tengo que volver a donde nunca,
escuche ni el murmullo ni la risa,
de aquella voz que mi alma tiene adicta,
Ya es hora ha llegado la penumbra.
Escóndame la noche de sus ojos,
y pierda la eficacia aquel hechizo,
que tiene en su mirada el maleficio,
y que a sus pies rendido caiga otro.
Ya tengo que aceptar lo que Dios manda,
así ganamos todos pues tenemos,
lo que elegimos porque el ser supremo
brillante saca el haz bajo la manga.
No mas reproches ni melancolía,
Nada es fatal mientras tengamos vida.
- Autor: Manny (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de marzo de 2019 a las 00:41
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 56
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