Entre tú mirada y el reflejo del espejo vi el sendero.
He tomado la brecha del vaquero apasionado, libre, a galope, rodeado por la silueta de una niebla danzante y densa cómo el escote entre la espalda y las piernas.
Es tan extenso el follaje y yo con filo entre humedos caudales, piedras calizas, tus caderas resonantes, fluidas y cautivas; de cuclillas, junto las manos en reverencia las llevo a mi garganta saciando la sed de mi tracto.
De inmediato me llaman las cumbres de ese par de montañas geoformadas cual hermanas; sin prisa pincelando el camino las recorro con los labios frios, con la lengua dejo rastro de regreso a tu ombligo.
Llego el momento del fuego, adentrarme en el refugio anhelo, tan profundo, que el viento susurre el orgasmo de una loba derramada por estrellas y plata sobre la espalda baja.
La luna de testigo nos miraba estimulada.
- Autor: Luis Renoud (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de marzo de 2019 a las 01:47
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 48
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