En la senda de tus manos
me vestí de abril
para cantar de nuevo
a nuestro patio.
Azul el cielo
con el sol en el zenit
es jazmín-maíz
manándo de mis labios.
Sobre sus alas,
afinaciones eleva el viento
hasta el limonero y chabacano
para acariciarlos.
¡Ay!
Cuántas huellas vuestras
habitaron mi infancia
y quedaron indelebles
como junto al azufaifo.
Y bajo las sombras caídas
de tanto ruezno
dispersas mieles fueron sueños
de tan leve lapso.
En la senda de tus manos
caminé hasta el granado
que sonríe burlón en su rincón
ante el rubor que alcanzó
a la higuera y al durazno.
Inmersa voy en el silbido
que manaba de tus labios,
hoy recuerdo padre mío
tus agrestes manos y su tacto.
Aquél caminar de prisa
de la abuela y su tabaco,
la argenta carcajada de Teresa
que mis hermanos provocaron.
Llena de nostalgia
por los días que se han ido,
elevo el mismo canto
que vistiera de alegría
a nuestro viejo patio.
Tizzia Holwin
-
Autor:
Tizzia (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 7 de marzo de 2019 a las 16:04
- Categoría: Familia
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Lucía Gómez
Offline)
Comentarios2
Qué bellos tus versos!!!
"Aquél caminar de prisa
de la abuela y su tabaco,
la argenta carcajada de Teresa
que mis hermanos provocaron.
Llena de nostalgia
por los días que se han ido,
elevo el mismo canto
que vistiera de alegría
a nuestro viejo patio."
Una remembranza hecha versos, como siempre con tu sello propio.
Te voy a decir algo que nunca lo he dicho: " Un abrazo desde..." .
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