LA NIÑA QUE NO SE QUISO

Estar con ella era caminar 

sobre cálida arena bañada de brisa tropical, 

su mirada embriagante capaz de refrescar

las habitaciones de tu alma,

y su sonrisa...

¡Ah! su sonrisa rebelde y desenfrenada cual

adolescente apasionada

también sabia ser dulce y cálida

como un amor maduro, de esos que llevan canas. 

Sostener su mirada era apnea prolongada,

Pero al ver su reflejo  todo se hacía distinto, 

la seguridad de su mirada  era arrastrada

por cada uno de los rencores y reproches

con los que se lastimaba,

sus complejos como hielo enfriaban su sonrisa

No se sabia maravillosa porque nunca se perdonaba 

No era capaz de comprender que su magia venia de adentro 

Y que su verdadero talento eran las risas y el cuento 

Nunca supo que en las fiestas sus ocurrencias eran las mas especiales 

Que a nadie le importaba el color de sus labiales, 

Y que la querían con fuerza como la que ella solía darles. 

Ella era sol y no lo sabia

Porque estaba tan empeñada en ser esa luna fría

A la que todos escribían sus poesías 

sin saber que ésta brillaba sólo porque el sol se lo permitía.