Siempre...

Fue un sueño tan anhelado que lograba iluminar la esperanza de vivir este momento, logré fantasear con tu rostro sonriendo frente a mi y un beso de despedida que me hiciera creer, que me hiciera sentir, y quizá en medio de la necedad de querer algo más, de esperar algo más, pero que simplemente parecía un imposible.
Supliqué al cielo tu regreso, y aunque por lejanos que estuviese nuestros cuerpos, mi alma seguía esperando latente el querer verte, y yo, quizá tan testaruda como quien no imaginaría soñé con tu sonrisa, soñé como aquella primer ilusión que tuvo tu mirada desde aquel día, desde aquel momento que marcaste mi vida, desde ahí siempre desee tenerte, siempre fuiste ave de paso que el viento me regresaría, desde siempre quise quererte, y por más irónico que pareciera, siempre estuve dispuesta a esperar, y no me refiero a una llamada, te digo cariño que lo hice a la espera de este día, de este instante, y de estos momentos que llenan el alma mía.
Y el para siempre puede esfumarse, pero el desde siempre es ese anhelo y esa promesa de amarte con locura, de estar entre tus brazos y dejar que el tiempo transcurra, de haber soñado este momento y sentir que estar contigo es una gran fortuna.
Siempre te espere, siempre te soñé, siempre quise volver y ahora no quiero desfallecer.