Nuestras lunas II

Rigo F. Garay


AVISO DE AUSENCIA DE Rigo F. Garay
Sss... silencio, que el atanor se puede apagar con los ruidos fuertes del exterior y yo quiero que leas, escuchando el rugido del laboratorio interior; hasta llegar al uno y elevar la conciencia a la perpetuidad eterna, de la esencia divina que todos portamos.

Sí meditas las palabras, y vas más allá del sentimiento, será sencillo escucharlo; aunque si comentas, podrás aportar un poco de tu singularidad, a este singular y humilde espacio, donde los locos escriben y los magos comprenden.

II

En nuestra primera luna sonriente, fluyó del manantial de tu sexo, orgasmos que bañaron mi pelvis y mis vello púbico. Rítmica existencia mutua, en la unión de lo que somos y para lo que somos.

La hermosa sonreía y yo sonreía con ella, en cuanto despertaba el amor al atardecer del nuevo día; donde llegamos con cicatrices y desesperanzas. Pero de las cuales geminaron complicidades y una seguridad nueva que nos autoriza a la Eudemonía.

Es que fue en esa luna tierna, donde se nos otorgó la preciada Afrodita de oro, dadiva divina de los Olímpicos; para todo aquel que descubre el valor de la vida y posee la valía necesaria para honrarla.

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  • Autor: Alquimista de letras (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de marzo de 2019 a las 23:58
  • Comentario del autor sobre el poema: Cada cual con su luna y cada loco con su tema. :)
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 24
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Comentarios +

Comentarios2

  • Irina Mendez

    Esa luna nos tenía envidia

  • Rigo F. Garay

    La envía es para los mortales, pero la afrodita de oro es la gracias más benévola que existe.



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