UN AYER GRIS
Ayer estuve triste.
Ayer y muchos ayeres donde me perdía
entre los pliegos de los grises y encogido
en la corteza de no saber porque llegue ahí
ni entender un porque que derrumbo casi todo.
Es que a veces nosotros, no somos los mismos
nos miramos en la orilla y no reconocemos el brillo
o quizás ya no exista esa lumbre y la negación,
sea la nueva cara de las mañanas y además
la música de ayer no se escuche igual
nos sumerge en los túneles de las preguntas.
Ayer y otros ayeres
sumaron una pared peligrosa
Donde daba miedo apoyarse
porque tenía el latido del peligro
y el mango del látigo.
Ayer y otros anocheceres,
la almohada no protegía,
no era un pedazo de jardín con tréboles.
Pero fue ayer…
y de pronto se detuvo el tiempo
surgió la magia del detenimiento
Y en una anodina frontera temporal
comenzó a crujir algo del otro lado
y una tenue lucecita fue venciendo el azabache
y yo que ya no quería estar,
comencé a llorar
a sacar como una vertiente
todas las lágrimas contenidas
y en la inexactitud del desconcierto
la aridez de ese desierto
dibujo un colina lejana
Y supe o presumí que hacia allí
debía ir a recuperar…
lo que alguna vez fui.
- Autor: Carlos Brid ( Offline)
- Publicado: 21 de marzo de 2019 a las 18:24
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 13
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