Me he encontrado con mi sombra
bien adherida a mis pies.
Por más que patee con furia
no hay modo de despegarla.
Ella prosigue en seguirme
obstinada y rencorosa,
más negra o más clara según
la luz y el pavimento.
Hay veces en que se levanta
del piso como un resorte
y se adueña de la pared
en la que quiero apoyarme.
Por momentos se reduce
a poco más que una mancha,
una manchita en la orla
de mi camisa más blanca.
A veces pues la confundo
con la sombra de mi padre
que vuelve del otro mundo
para reñirme y punirme;
y hay veces en que la confundo
con la sombra de un amigo
esfumado con los sueños
de una juventud perdida
o con la de una mujer
que hubiera podido cambiar
mi imagen vacua e irreal
en cuerpo firme y presente.
- Autor: andrea barbaranelli ( Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2019 a las 05:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Perez Ortola
Comentarios1
Estupenda poesía con entrañable mensaje.
Ay, lo que sabe la sombra, nos acompaña y define; con otros menesteres que apenas intuimos.
Saludos cordiales.
Muchísimas gracias por tu comentario, que comparto, y por tus cordiales saludos, que correspondo.
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